Branding, Identidad - 12 marzo 2019 - Sin comentarios
A veces es necesario alejarse de las características y los beneficios racionales de nuestros productos y servicios (que a menudo dictan nuestra estrategia de marca), y conectar con la parte emocional del negocio, a través de la historia auténtica que existe detrás de la marca.
A continuación te dejamos algunas directrices que te ayudarán a que tu marca destaque por ser genuina, transparente y creíble:
El ser auténtico
Cuando somos auténticos, conocemos y expresamos nuestra verdadera naturaleza, independientemente de las presiones externas de la sociedad en que vivimos, la cual influye en nosotros para pensar y actuar de cierta manera.
Cuando somos auténticos, tenemos una dirección más clara en la vida y somos menos indecisos acerca de nuestras elecciones. En ese sentido, para que los productos y servicios sean auténticos también, deben alinearse con los valores de las personas auténticas:
Pueden ser ligeramente imperfectos, incluso extravagantes, pero en cualquier caso, tienen que ser fieles a sí mismos.
Para aclararte el panorama, te presentamos a continuación los tipos de autenticidad más conocidos entre las marcas, los cuales podrían orientarte para encontrar el camino de la originalidad en la tuya:
1. Autenticidad no tecnológica
Los productos auténticos son en su mayoría de diseño inteligente pero no demasiado tecnológicos: inclusive, el hecho de comercializar un producto fabricado a mano le brinda un gran espíritu de originalidad a la marca que debería ser explotado en todo su potencial.
En realidad, cuanto más sea de alta tecnología, un producto parecerá menos auténtico. No entendamos mal este punto, nos encantan nuestros teléfonos inteligentes, wi-fi y parlantes inalámbricos: simplemente no los percibimos como auténticos.
2. Autenticidad natural
Por otro lado, cabe resaltar que percibimos como auténtico lo que viene de la tierra y permanece inalterado por sustancias sintéticas como fertilizantes y pesticidas. Algunos productos auténticos podrían ser la miel de abeja o el té, por ejemplo.
3. Autenticidad pionera
Consideramos que los productos son originales cuando son los primeros de su categoría, en contraste con un producto similar o imitación. Está demás hablar del caso Spotify, líder de la categoría y considerado como el auténtico, que ha marcado la pauta para otros servicios similares como Apple Music o Youtube.
4. Autenticidad personalizada
Percibimos como auténticas a las marcas que van más allá de las pautas corporativas tradicionales para mostrar a sus clientes que en realidad se preocupan personalmente de su bienestar.
Imagina alojarte en un hotel de gama media y que al llegar encuentres una botella de Champagne con una tarjeta escrita a mano por el Chef principal del restaurante del hotel, quien te da la bienvenida y te invita a cenar en la noche.
El costo de esto para el Hotel se reduce a lo que cuesta la impresión de la tarjeta, pero el retorno a partir de la fidelidad del cliente puede ser considerable.
5. Autenticidad en base a tradiciones
La autenticidad también puede derivarse de nuestra historia y cultura, aprovechándose de nuestros recuerdos y anhelos compartidos como sociedad, con los cuales tenemos una gran conexión emocional.
Algunos ejemplos de empresas que podrían emplear este tipo de autenticidad podrían ser los servicios de delivery y el tradicional y contundente desayuno dominguero con la familia, o las productoras de turrón, durante las festividades religiosas de Octubre en Lima.
6. Autenticidad en base a la fidelidad a sí mismo
Para explicar este tipo de autenticidad podemos emplear un ejemplo: el caso de Louis Vuitton. Esta marca personifica la autenticidad en base a la fidelidad a sí mismo, ya que fue fundada en 1854 poniendo a la venta baúles planos que las personas podían apilar fácilmente cuando viajaban.
Desde entonces, Louis Vuitton ha extendido sus marcas a una gran cantidad de artículos de cuero en alta moda, sin embargo, se mantiene fiel a sus raíces, al continuar siendo principalmente un «Malletier» o fabricante de baúles.
7. Autenticidad publicitaria
Debemos tomar en cuenta finalmente que el contenido creado por las personas comunes o los propios clientes le brinda una mayor autenticidad a tu marca que la publicidad tradicional (encuestas realizadas en EEUU encontraron que solo el 6% de las personas confía en la publicidad tradicional).
Las personas prefieren mirar imágenes generadas por los propios usuarios que las que ven en las ejecuciones profesionales, ya que la publicidad tradicional suele destacar exageradamente los beneficios del producto o servicio. Debido a ello, según las mismas encuestas, las fotos que muestran a «personas reales» son 7 veces más confiables que las imágenes que se ve en la publicidad tradicional.
Cómo desarrollar la autenticidad de tu marca
La autenticidad no se trata de grandes presupuestos. Se trata de extraer la historia que hace que tu marca sea única y especial. La autenticidad es en realidad lo que hace que las marcas pequeñas se distingan de la competencia (a menudo, a un costo razonable).
Ahora, es tu turno: encuentra las pistas, escribe la narrativa y cuenta al mundo la historia auténtica de tu marca. Comienza, por ejemplo, buscando en el sótano viejos bocetos, notas, fotos, productos que hayan fallado. Escoge uno o dos de esos tesoros y escribe una breve narración sobre esa experiencia: esa conexión con el pasado, ese vistazo único y humano a un producto por lo demás mundano, y que fracasó estrepitosamente, te llevará a construir historias futuras junto a tus nuevos clientes, atraídos por la renovada originalidad de tu marca.
Master en Diseño Gráfico por el Instituto Europeo de Diseño IED - Madrid (España). Postgrado en Marketing Digital Estratégico por la Universidad de Piura. Maestría en Educación por la Universidad Tecnológica del Perú. Comunicador con especialidad en Publicidad y Marketing de la Universidad de Lima. Docente universitario y Consultor de Comunicación.
Escribe un comentario